La fibra alimentaria es un componente esencial de los alimentos de origen vegetal que juega un papel clave en nuestra salud. Aunque no se digiere ni se absorbe en el tracto digestivo, su paso por el cuerpo tiene numerosos efectos beneficiosos.
¿Qué es la fibra alimentaria?
La fibra alimentaria es un tipo de carbohidrato que, a diferencia de otros, no puede ser descompuesto por las enzimas digestivas del cuerpo humano. Esto significa que la fibra pasa prácticamente intacta por el estómago, el intestino delgado y llega hasta el colon, donde cumple funciones importantes para la salud intestinal y general.
Tipos de fibra alimentaria
Existen dos tipos principales de fibra, y cada una tiene características y funciones distintas:
1. Fibra soluble
- Características: Se disuelve en agua, formando una sustancia viscosa o gelatinosa.
- Funciones: Ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, a reducir el colesterol y a ralentizar la digestión, lo que genera una mayor sensación de saciedad.
- Dónde se encuentra:
- Avena
- Cebada
- Legumbres (lentejas, garbanzos, alubias)
- Frutas como manzanas, cítricos y peras
- Verduras como zanahorias y brócoli
- Semillas de chía y lino
2. Fibra insoluble
- Características: No se disuelve en agua y permanece casi intacta durante la digestión.
- Funciones: Aumenta el volumen de las heces y acelera el tránsito intestinal, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento.
- Dónde se encuentra:
- Cereales integrales (trigo, arroz integral, maíz)
- Salvado de trigo
- Frutas con piel (uvas, manzanas, ciruelas)
- Verduras de hoja verde (espinacas, acelgas)
- Frutos secos (almendras, nueces)
- Legumbres también aportan fibra insoluble
¿Por qué es importante conocer los tipos?
Cada tipo de fibra cumple funciones específicas, por lo que una dieta equilibrada debería incluir tanto fibra soluble como insoluble. Juntas, contribuyen al buen funcionamiento del sistema digestivo y a otros aspectos clave de la salud.
